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Cientos de personas se reúnen afuera del aeropuerto internacional de Kabul, en Afganistán Afganistán, país asiático de Oriente Medio tomado en los últimos días por los talibanes, está situado entre el centro y el sur de ese continente, una región rica en petróleo y gas natural. Pero esos no son los únicos “tesoros” con los que cuenta.
Se estima que en octubre de 2001 se estaban cultivando en Afganistán unas 74 mil hectáreas de amapolas, cuyo fin último es la producción de heroína. En 2017 la cifra se había multiplicado por cuatro: 328 mil hectáreas. Afganistán produce así el 90 por ciento del opio que se produce en el mundo.
En cuanto a los recursos que posee, tiene minerales como el cromo, cobre, oro, hierro, zinc, plomo, mármol o piedras preciosas, cuyo valor se estima en 940 mil millones de dólares. Por lo que es considerado uno de los centros mineros más importantes del mundo.
El país también cuenta con una reserva de cobalto y litio, minerales muy utilizados en la tecnología actual, en, por ejemplo, las baterías de los celulares o los autos eléctricos, algo esencial en la economía de nuestros días.
Sin embargo, la infraestructura que posee para la extracción mineral es escasa.
En menos de una semana, los talibanes han tomado el control de la mayor parte de Afganistán, incluyendo Kabul, la capital, dos décadas después de que fueran destituidos por el ejército estadounidense, quien inició una guerra por el ataque a las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001.
El grupo militante ha dicho que planea declarar pronto un nuevo “Emirato islámico de Afganistán”.
El presidente respaldado por Estados Unidos, Ashraf Ghani, huyó del país.
Con información de The Conversation y agencias.
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