Los operativos de limpieza no convencional del Ayuntamiento de Zaragoza suponen un coste de más de 3,2 millones de euros al año.
Los comportamientos incívicos, más allá del vandalismo, salen caros. Concretamente suponen más de 3,2 millones de euros para el Ayuntamiento de Zaragoza, contando los costes de plantilla y equipamiento de los distintos servicios que mantiene la ciudad, desde el de limpieza de pintadas a la de chicles, que se encargan de intentar mantener la ciudad aseada, más allá de la limpieza convencional, aunque a la vista está que ni con esa inversión dan abasto.
El servicio de limpieza de pintadas supone por sí mismo una inversión de 1,5 millones de euros anuales, entre plantilla y equipamientos. Este operativo está compuesto, de forma genérica, por un furgón hidrolimpiador y los encargados de manejarlos, además de los equipos de repintado, dotados de un furgón con mezclador de pintura para adecuarse a las zonas concretas en las que actúan.
El servicio se divide en centros de trabajo por distintos distritos de la ciudad, para prestar el servicio de forma uniforme, ya que el problema de los grafitos no es exclusivo de ningún barrio de la ciudad. La organización consiste en que, por la mañana, se recopilan los avisos, a menudo ciudadanos, recibidos a través del 010 u otras vías. En función de los recibidos se establece una prioridad de puntos negros en los que trabajar. No tienen por qué ser solo de pintadas, también pueden ser por acumulación de orines, excrementos de animales o frutos caídos de árboles.
El mismo coste que este operativo de pintadas tiene el de recogida de basuras en las inmediaciones de los contenedores, que tiene una abundante flota (16 vehículos) para este cometido, que se realiza fundamentalmente por la noche. Aunque parte de los objetos recogidos derivan del incivismo, también es cierto que muchos de ellos se depositan en los aledaños de los depósitos porque estos están llenos o porque son demasiado grandes para meterlos en ellos.
Chicles
Las zonas céntricas de la ciudad (plaza Aragón, Independencia, Coso, calle Alfonso y la plaza del Pilar) cuentan con otro servicio específico, el de limpieza de chicles, que incluye otro tipo de manchas en el pavimento como puedan ser helados y bebidas derramadas o grasas. Un operativo mucho más reducido, con un solo furgón multifunción, que supone una inversión de 132.000 euros anuales a las arcas públicas.
La cuarta gran área especial de limpieza, la más barata de ellas, la constituyen los equipos específicos de recogida en zonas de botellón, con un coste de 100.000 euros al año. Son las brigadas de limpieza, sobre todo la de riberas ,las que se encargan de este cometido, sobre todo los sábados, lunes y jornadas posteriores a festivos.
Un quinto ámbito de limpieza es el de los orines, del que se encargan todos los equipos de limpieza con agua en las zonas de las que se encargan, salvo que haya alguna queja puntual por acumulación.
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