jueves, 30 de mayo de 2019

Los diez mandamientos de la ciudad habitable


VERDE
Una ciudad necesita pulmones para respirar. Los parques y los jardines, las calles arboladas y los maceteros de las ventanas hacen mucho más que embellecer nuestros paisajes de cemento. Nos proporcionan un respiro vital. La hierba, el barro, las hojas y las flores nos conectan a la tierra y con­trarrestan el polvo y la suciedad. Al fin y al cabo, seguimos siendo animales. A través de la naturaleza percibimos el paso del tiempo, de las estaciones y de los elementos. No se trata solo de compensar las emisiones de carbono o de disponer de un lugar al que ir de pícnic los días de buen tiempo, sino de mantener una relación simbiótica fundamental entre el ser humano y la naturaleza. Cuanto menos contacto estamos con ella, menos natural es nuestro comportamiento.






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https://elpais.com/elpais/2019/05/07/eps/1557221012_340665.html


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