sábado, 5 de octubre de 2019

Entidades de la Iglesia denuncian la «indecente precariedad» laboral

JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE


Una iniciativa eclesial de Zaragoza pide un sistema «justo, fraterno y sostenible»

EL PERIÓDICO

05/10/2019




La iniciativa Iglesia por el trabajo decente criticó ayer la «indecente precariedad» que existe en el ámbito laboral, con motivo de la celebración este lunes, 7 de octubre, de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Varias entidades de la Diócesis de Zaragoza --Cáritas, Centro Pignatelli, Comunidades de Vida Cristianas, Delegación de Pastoral Obrera, Hermandad Obrera de Acción Católica, Juventud Obrera Cristiana, Parroquia de San Mateo, Vicaría II y Vedrunas Almozara-- difundieron un manifiesto para evidenciar que el trabajo «está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona».
En el documento, estas entidades recuerdan la apuesta común alcanzada el pasado mes de junio durante la 108 Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la que se celebró su centenario. En ese encuentro, se apostó por aprovechar todo el potencial del progreso tecnológico y el crecimiento de la productividad «para lograr trabajo decente y desarrollo sostenible, que permitan asegurar la dignidad, la realización personal y una distribución equitativa de los beneficios para todos».
Al mismo tiempo, y en el marco de este 7 de octubre, desde Iglesia por el trabajo decente han alertado sobre los efectos negativos de la precariedad laboral, que se traduce en «vidas truncadas, vulnerables y violentadas de personas explotadas y abusadas por contratos temporales y eventuales, con sueldos que no concuerdan con las horas realizadas».
Seguridad y dignidad / Este grupo critica la falta de seguridad en el puesto de trabajo y la exigencia de una flexibilidad «que acaba quebrando la dimensión personal de las personas trabajadoras al imposibilitar una verdadera conciliación entre trabajo, familia, descanso, participación social y ocio». «Seguimos constatando cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras sigue aumentado el número de trabajadores y trabajadoras pobres», se lee en el manifiesto.
Y rememora las palabras del papa Francisco de que la dignidad no la da el poder, el dinero, la cultura, sino el trabajo, a pesar de lo cual hay «tantos sistemas sociales, políticos y económicos han hecho una elección que significa explotar a la persona», en palabras del Papa.
PROPUESTAS / Esta iniciativa eclesial formula varias propuestas para cambiar la situación, como el compromiso de todos los poderes públicos en la construcción de un sistema económico, social y laboral «justo, fraterno y sostenible» que sitúe a la persona en el centro.
Igualmente, aboga por un trabajo que garantice la dignidad y la justicia, así como el desarrollo integral de la persona, especialmente de aquellas más descartadas y excluidas.


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