sábado, 11 de julio de 2020

“ REALIDAD “

UN PROYECTO SOCIAL


Antes de la pandemia, según la FAO, 821 millones de personas pasaban hambre en el mundo. En España, el 26,1 % de la población estaba en riesgo de pobreza o exclusión.



La realidad vivida se recoge en este testimonio de un medio de comunicación social: “A las 10:00 horas de un martes cualquiera en plena pandemia del coronavirus. En la sede de la Asociación de Vecinos Civitas –del zaragozano barrio de Las Fuentes– cuatro voluntarios preparaban los packs de comida que sólo una hora después empezaban a recoger personas que, literalmente, no tienen ni para comer. Hoy llenan las cajas con lo que tres horas antes han comprado en Mercazaragoza: 617 kilos de comida; 632,50 euros. Las facturas están sobre la mesa.

Es la pitanza diaria desde el pasado 11 de marzo. A 17 de mayo habían repartido 14.305 kilos. 6.101 provenían del Banco de Alimentos de Zaragoza. El resto han sido donaciones y compras propias. En total, han gastado más de 5.000 euros. 3.000 de los fondos de la asociación y 2.000 que ha donado una agrupación.
Tan solo es una muestra de lo que diariamente pasa en muchos puntos de cada ciudad de España. No es algo únicamente achacable a la crisis actual, aunque esta lo ha acentuado hasta límites difícilmente soportables. En 2018, con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 26,1 % de la población en este país estaba en riesgo de pobreza y exclusión social, según el indicador AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusion), el cual considera que una persona forma parte de ese grupo si cumple, al menos, uno de estos tres criterios: está en riesgo de pobreza, tiene una carencia de material severa o vive en un hogar sin trabajo o con baja intensidad en el empleo.
El porcentaje ha estado en continuo descenso desde 2014, cuando alcanzó el tope del 29,2 %, tras seis años consecutivos de crecimiento (desde 2008). En la actual, explica Ángel Franco, portavoz de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), parten de 1,1 millones: “No sabemos hasta dónde llegará, pero medio millón más, seguro”.
En España, a finales de 2019, había 1.887 hogares monoparentales y el 81 % (1.530) tenían a una mujer al frente. El 91,6 % son españolas, el 43 % están desempleadas y el 74,9 % llega a final de mes con algún grado de dificultad, según el Estudio sobre las Familias Monoparentales Perceptoras de Rentas Mínimas, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y financiado por el Ministerio de Sanidad.
Una madre, de Las Fuentes, que está sola con sus dos hijas, de 20 y de 14 –ambas sin ingresos–. También está desempleada. Por si fuera poco, a sus 47 años tiene una incapacidad permanente total y se ha sometido a 16 operaciones. Lleva cinco años sin trabajar (era gerocultora) y está diagnosticada de diabetes y artrosis: “La única opción que me da la Seguridad Social es trabajar de teleoperadora”.
Sus ingresos son de 788 euros al mes y paga 525 de casa. Si no fuera por la ayuda, no comería. Incluso con ella, la realidad sigue siendo terrible: “La alimentación la tengo cubierta para mis hijas, si sobra, como yo, si no, pues nada. Ellas son lo primero”. Cuando todo acabe empezará a prepararse para trabajar como teleoperadora, dice con resignación al otro lado del teléfono.
Son las 11:30 horas. En la calle Leopoldo Romeo de Zaragoza, tres personas hacen cola ante la asociación de vecinos para recoger su ayuda. “Les citamos por teléfono a diferentes horas para que no haya aglomeraciones”, dice el presidente, Laureano Garín. Además de comida, van a empezar a dar kits de higiene (con gel, champú, dentífrico…) y también ropa. Por añadidura, han abierto una bolsa de trabajo para temporeros: “Se han inscrito 600 y ya hemos colocado a 40”.
Una mujer habla muy a menudo con sus hijos, que están en Marruecos, de donde ella vino a España hace un año. Con una sonrisa contrarresta sus ojos permanentemente tristes por la remembranza familiar. Ya tiene el carro lleno, así que después de esta conversación se marchará a la casa donde una amiga le ha dado un techo. Desde que está en España no ha encontrado empleo y la de esta asociación es la única ayuda. Deja claro que no pretende conseguir más: “Sólo quiero trabajar”.
También lo ansía otra mujer, de Gambia, que lleva ya dos décadas en España. Mientras espera su turno, explica que ha trabajado como temporera, “con la cebolla, la cereza, la pera, el melocotón…”. El marido ha vuelto a su país, así que vive sola con cinco hijos e hijas. El resto (tiene nueve) ya se han marchado. Cobra 250 euros de una ayuda del Ayuntamiento y 400 del subsidio que le quedó a su marido. “No me llega para nada”, afirma corroborando lo obvio.
La, cada vez más numerosa, familia que se ha creado en derredor de la asociación tiene varias madres y padres: el presidente, (que colabora con ellos desde los 10 años y quieres ser abogada), el párroco venezolano que informa a las personas necesitadas, los colegios de la zona y todos los voluntarios y voluntarias que hacen (sobre todo en esta época) de la solidaridad su empleo.
Un voluntario, que va de aquí para allá: carga, entrega, organiza, hace fotocopias (a todos se les pide una identificación), “soy voluntario profesional”, dice con sorna. Apunta que empezaron a repartir comida en la anterior crisis económica y que, durante esta, han pasado de 90 a 400 familias apuntadas. “Casi todas españolas”, subraya. No todos están de acuerdo con que se den estas ayudas: “Hay gente con muy mala leche, vienen y tiran comida en el contenedor de enfrente”, señala con rabia.
821 millones de personas pasan hambre en el mundo
No es fácil dar una cifra, más o menos, exacta sobre cuánta gente pasa hambre en el mundo. El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ‘El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo’, señalaba que, en 2017, 821 millones de personas estaban subalimentadas, con 151 millones de niños menores de 5 años con retraso del crecimiento y 51 millones de menores con emaciación. La cifra total no ha cesado de crecer desde 2015.
Dicho estudio anotaba que, en España, las personas con problemas alimenticios rondaban las 600.000, sin embargo, un informe, también de 2017, de la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales subía el número hasta los 2 millones. Indicaba también que el 33,7 % de los españoles y españolas “tienen dificultades o muchas dificultades” para llegar a fin de mes y que el 2,6 % de los hogares “no pueden permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días”.

Reportaje Cuarto Poder. Digital. Sábado 4 de junio 2020

Asociación CIVITAS Las Fuentes

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